Financiamiento de carbono para los bosques costarricenses

Los bosques juegan un papel crítico en nuestro clima. Por un lado, éstos remueven aproximadamente 1 billón de toneladas de carbono de la atmósfera al año. Por el contrario, la deforestación es responsable de cerca del 17% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Resulta indispensable, por ende, incluir a los bosques en la lucha contra el cambio climático.

Reducir las Emisiones producto de la Deforestación y Degradación forestal (REDD) es una propuesta que responde a esta necesidad. Este mecanismo busca canalizar recursos financieros a los poseedores y propietarios de bosques con el fin de incentivar su protección.

Se pretende, de esta forma, corregir la falla de mercado que alimenta la deforestación: mientras que los beneficios privados de la tala (por ejemplo, madera y terreno para actividades agropecuarias) son remunerados por el mercado, los beneficios sociales de la conservación del bosque (captura de carbono y protección de mantos acuíferos, entre otros) no se le retribuyen económicamente a su dueño. El propósito de REDD es, por lo tanto, hacer que la conservación de bosques sea más rentable que su destrucción.

En los últimos años, REDD se ha venido fortaleciendo en las reuniones mundiales sobre el cambio climático. Se le ha reconocido el crucial papel que juegan los bosques en nuestro clima y se ha ido implementando el mecanismo para movilizar financiamiento sustancial hacia los poseedores y propietarios de bosques.

REDD en Costa Rica

Este panorama representa una enorme oportunidad para Costa Rica, en donde la cobertura forestal actualmente alcanza cerca del 50 por ciento del territorio nacional. REDD pone a Costa Rica a las puertas de acceder a una fuente importante de recursos para proteger sus bosques e impulsar su desarrollo.

La tarea debe centrarse en conseguir que REDD se ligue estrechamente al sector privado. Lejos de ser un mecanismo de financiamiento público, REDD debe convertirse primordialmente en un instrumento de mercado. Y como tal, debe tender puentes directos entre los mercados de carbono y los dueños de bosque, quienes, al final del día, son los que tomarán la decisión de protegerlo o deforestarlo.

Se destacan algunas de las razones por las que Costa Rica se beneficiaría sustancialmente de un mecanismo REDD de mercado:

  • Primero, la única forma de generar los recursos necesarios para financiar la protección de los bosques es involucrando a los mercados de carbono internacionales. Se estimó que el financiamiento necesario para reducir la deforestación en un 50% para el año 2030 oscilaría entre $17-33 billones anuales. El grueso de este monto únicamente puede ser aportado por los mercados de carbono. En breve, el financiamiento privado hace que el pastel REDD crezca, y por consiguiente, que la tajada a ser obtenida por el país sea más grande.
  • Segundo, Costa Rica se encuentra en una situación ventajosa sobre el resto de países con bosque tropical para atraer inversión forestal privada. El mejor posicionamiento del país en índices de gobernabilidad, sumado a la superior legislación e institucionalidad forestal costarricense, se traduce en menores riesgos para el inversionista que canaliza recursos a nuestros bosques.
  • Finalmente, el atractivo costarricense se ve intensificado aún más cuando se considera que nuestros bosques, siendo los que cuentan con la mayor densidad de biodiversidad en el mundo, representan una enorme oportunidad para los inversionistas que, además, están interesados en la conservación de la diversidad biológica. Al igual que la venta diferenciada y a mejores precio que el productor de café costarricense logra en los mercados internacionales, el carbono costarricense, por ser de mayor calidad, se puede colocar internacionalmente como Premium, a un precio más elevado.

REDD representa una atractiva oportunidad para que Costa Rica acceda a una fuente importante de recursos destinados a la protección de sus bosques. Por las razones expuestas, el país debe luchar por que este mecanismo se configure como un instrumento de mercado, impulsado por el sector privado. En el pasado, los costarricenses hemos sido líderes mundiales en conservación progresiva de los recursos naturales. Es hora de volver a serlo mediante la implementación del financiamiento de carbono canalizado a los dueños y poseedores de bosque en Costa Rica.


Federico Castro Kahle es socio director de la firma Caoba Legal (www.caobalegal.com). Es abogado incorporado al Colegio de Abogados de Costa Rica y cuenta con un MBA con énfasis en emprendimiento de la Escuela de Negocios de la Universidad Imperial College, en Londres. Por favor enviar sus comentarios sobre este artículo a info@caobalegal.com